FICHA TÉCNICA



Título obra Una amante en la ciudad

Autoría Ezio D’Errico

Notas de autoría Álvaro Zervoni y Leo Cadell / traducción

Dirección Enrique Rambal

Elenco Lucy Gallardo, Rafael Banquells, Abraham Stavans, Virgilio Velasco, Guillermo Rivas, David Reinoso, Corso Duarte, Tamara Garina

Escenografía Jorge Fernández

Iluminación Miguel Cervantes

Notas de Música Felipe Saavedra / efectos de sonido

Espacios teatrales Teatro del Músico

Productores Nathan Kaplan




Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Una amante en la ciudad, de Ezio D'Errico en el teatro del Músico". Novedades, 1958. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>



TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO

Novedades

Columna El Teatro

Una amante en la ciudad, de Ezio D'Errico en el teatro del Músico

Armando de Maria y Campos

El dinámico productor Nathan Kaplan ha dado a conocer en México a uno de los autores italianos contemporáneos más interesantes y modernos –contemporáneo no es sinónimo de moderno– y más audaces también: Ezio D'Errico, cuya vasta producción se viene representando en diversas ciudades de Italia desde el año 1948. Como es autor que probablemente dará mucho qué hablar, conviene que los lectores mexicanos conozcan su bibliografía. Estrenó por primera vez el año de 1948, en Milán, tres actos titulados Un uomo in piú y después no ha dejado de estrenar en Roma, en Milán, en Napoles, en Venecia y en Turín, todos grandes centros teatrales de la nueva Italia. La nómina completa de sus obras hasta mediados de 1956, es la siguiente: L'como della luce, 3 actos; Ricordi dell avvenire, 3 actos; Buio dentro, 3 actos; La dama de cuori, 3 actos; Barbablú, 3 actos La corona di carta, 3 actos Cordone sanitario, 3 actos; Quelli di sotto, 3 actos; Salita all'infierno, 3 actos; La sei giorni, 2 tiempos; Quelli dell'armadio a specchio, 3 actos; Best seller, 3 actos; Viaggio di Nozze, 3 actos L'amante in cittá, en dos tiempos y en varios cuadros fue estrenada en el Teatro Nuevo, de Trieste. Italia por la compañía titular de este coliseo, el 2 de enero de 1955 Este mismo año fue publicada en la revista italiana Teatro Scenario, y un año después, traducida por Alvaro Zervoni y Leo Cadell fue recogida en las Ediciones Losange, de Buenos Aires. Apenas asomó la portada de esta edición en los escaparates de las librerías mexicanas, Un amante de la ciudad fue adaptada para la televisión y en ella se difundió una muy vaga versión del interesante original.

Ahora firmada la traducción por Zervoni y Cadell por algún empleado del productor Kaplan, se representa, como lo va refiriendo está crónica, en el Teatro del Músico. Ezio D'Errico aprovecha una gacetilla publicada en un periódico de escándalo e imagina que un viejo periodista desencantado de la profesión, le refiere a un principiante en el periodismo todo lo que hay detrás de esa noticia roja: la policía encontró el cadáver de una mujer desnuda tendido sobre una cama de hotel y junto a ella un hombre vestido. Toda una tragedia en unas cuantas líneas. ¿Quién era esa mujer y que vida hacía o porque hacía lo que se supone que llevaba? ¿Quién era aquel hombre y porque lo encontraron vestido, sin haber tocado a la mujer desnuda muestra sobre un lecho transitorio? con este pretexto el autor italiano nos lleva a base de cambios relámpagos de la escena en que dialogan el periodista que empieza y el reportero de la policía que concluye, a todos aquellos momentos, en distintos escenarios, en que la mujer incógnita y su galán identificado se encuentran, inician una aventura muere ella de una vieja afección cardíaca; la buscan sus parientes provincianos, puesto que la muerta vino a la ciudad Roma, en busca de una amante sabiendo que estaba sentenciada a vivir poco y a morir joven; entre estos parientes se encuentra su hermana gemela, a la que esta a punto de ceducir de regreso a la ciudad, el hombre de la primera mujer que resulta un administrador profesional de las mujeres tristes de la vida elegante...

La técnica de escenas simultáneas, de oscuros, claroscuros y áreas iluminadas, todo un juego mágico, en fin, de iluminotecnia, da novedad a la trama y llevan el interés el espectador de sorpresa en sorpresa. La forma, no es nueva pero si novedosa. Esta clase de ejercicios y cambios de escena para provocar diálogos simultáneos se ha hecho mucho en el teatro pero siempre resulta nuevo–como el sol, que todos los días nace por el mismo punto del horizonte, hace siglos– para quienes no lo han visto antes. El gran conocedor del teatro Benito Pérez Galdós, tiene unas acertadas palabras a este propósito "Por esto, los que han llevado reformas al teatro han visto que sus esfuerzos no tienen la recompensa debida. En el libro se habla al individuo, al lector aislado y solitario. Se le dice lo que se quiere y el lector lo acepta o no. En el teatro se habla a la muchedumbre, cuyo nivel medio no es muy alto ni aún en las sociedades más ilustradas, y no hay manera de ir a la multitud sino devolviéndole las ideas y sentimientos elementales y corrientes que caben en su nivel medio" (Viejos y nuevos moldes, Nuestro teatro, Madrid, 1923).

En su forma externa, Un amante en la ciudad es un folletín escénico, un melodrama auténtico, muy propicio para que los papanatas de la crítica se desconcierten. Esta bien construido y mantiene vivo el interés del público, sobre todo porque trata de revelar a la gente decente ángulos poco conocidos de la vida del crimen y del tormento sexual.

La pieza melodramática de D'Errico ha tenido la fortuna de caer en manos que la han tratado con esmero. El director Enrique Rambal, que a propósito de dirección de piezas de ésta índole debe tener innumerables recuerdos prenatales, logra darle un vivo movimiento, expresivo y emocional. Como intérprete –naturalmente el es el amante– se porta como el gran actor que es. Lucy Gallardo en el doble papel de la mujer que muere en el hotel y de su hermana gemela, revela con cuanta seguridad domina ya su oficio, y con cuanta delicadeza puede componer esta clase de tipos. Todos los demás personajes son realmente episódicos y más que personajes son tipos propicios a caer en el pastiche, pero justo es reconocer y proclamar que los actores que intervienen al lado Ramball y la Gallardo lucen por cuenta propia. Estos son sus nombres: Rafael Banquells, Abraham Stavans, Virgilio Velasco, Guillermo Rivas, David Reinoso, Corso Duarte y Tamara Garina. Muy buena, dentro de lo que exige esta obra, la escenografía de Jorge Fernández y muy hábil y talentosa la intervención de Miguel Cervantes, como electricista y la de Felipe Saavedra, que tiene a su cargo los efectos de sonido. Un interesante y excelente espectáculo, en fin.