FICHA TÉCNICA
Título obra Otelo
Autoría William Shakespeare
Notas de autoría Salvador Novo / versión
Dirección Ignacio Retes
Elenco Ignacio López Tarso, José Gálvez, Manola Saavedra, Leonor Llausás
Escenografía Julio Prieto
Espacios teatrales Teatro Xola
Cómo citar Maria y Campos, Armando de. "Otelo de Shakespeare, en el teatro Xola". Novedades, 1960. Reseña Histórica del Teatro en México 2.0-2.1. Sistema de información de la crítica teatral, <criticateatral2021.org>
TRANSCRIPCIÓN CON FORMATO
Novedades
Columna El Teatro
Otelo de Shakespeare, en el teatro Xola
Armando de Maria y Campos
El Patronato de Operación de los Teatros del Seguro Social ha ennoblecido el programa de celebraciones del sesquincenteneario de la Independencia con la presentación en uno de sus coliseos –el Xola– de la obra famosa de Shakespeare, Otelo, en versión en prosa, bella y fulgurante prosa por cierto, del ilustre escritor mexicano Salvador Novo.
Nadie que sea amante del teatro ignora a Shakespeare. Sin embargo, conviene recordar algunos datos sobre esta pieza –del grupo de los llamados dramas humanos– para refrescar la memoria y robustecer el recuerdo de los enterados. El estreno de Otelo se verificó el primero de noviembre de 1604 en Banqueting House, palacio de Whitehall, en Londres por supuesto.
El argumento de Otelo procede de los Hecatommythi, de Giraldi Cinthio de Ferrara, publicados por primera vez en 1665. El cuento de Un capitán moro es el tema de la novela séptima de la década tercera en Giraldi Cinthio y en ella los caracteres carecen de nombres a excepción de Desdémona; el relato no es más que mediano, según los eruditos. Pero tengo que decir, sin embargo, que sólo el genio de Shakespeare de un cuentecillo deshilvanado pudo trazar una tragedia que tal vez sea la más perfecta y... permanente entre todas las concebidas por el gran poeta dramático y actor. Otelo es el drama de los celos, válido para todos los hombres; por eso, cuando los celos se apoderan de Otelo la pasión desatada de este impulso incontenible se convierte en vaso transparente de la emoción del propio Shakespeare, la cual lo llena como la sangre a su corazón. Todas las frases mágicas –que Novo supo acendrar en un castellano claro, poético, llameante– son frases que expresan los celos, la pasión y la maldad. La obra de Shakespeare es siempre nueva, nacerá cada noche, porque el corazón celoso y tierno de Otelo es el de Shakespeare y los celos están en el corazón de todos hombres; si dejamos de considerar el corazón atormentado de Otelo, o tratáramos de analizar las pasiones que en él chocan, apenas nos quedaría del moro más que el color de la piel del personaje. Otelo es el drama de la pasión y de la maldad, de la tortura y de la ira, de los celos y de los remordimientos, etapas sucesivas del calvario del alma de los hombres. ¡Bienvenido Otelo a la escena mexicana, estrella clara, luminosa, en la noche turbulenta de nuestro teatro septembrino y sesquincentenario!
La presentación de Otelo dentro de la fructífera labor teatral que viene desarrollando el IMSS es magnífica, sin regateos. El espectáculo en conjunto resulta imponente por la riqueza y el buen gusto, que son los sustentáculos de una escenografía imponente y sencilla y de un vestuario rico, fiel a la tradición lleno de color y de armonía. Elemento importante son las construcciones en el escenario (giratorio) que le permite al director [Ignacio] Retes llevar la acción con agilidad, componiendo grupos plásticos, gratos a la vista y al sentimiento. La iluminación crea un ambiente propicio al choque de pasiones y al clima mediterráneo, venenciano y chipriota.
Los competentes actores [Ignacio] López Tarso y José Gálvez interpretan, respectivamente a Otelo y a Yago, López Tarso entiende el personaje y lo proyecta atormentado e ingenuo, brutal y sencillo como debió ser el corazón de este infortunado gran capitán. Galvez compone muy bien su personaje, compendio de maldad y de intriga. Manola Saavedra convence en su infortunada Desdémona y Leonor Llausás se deja ver y se hace oír por su convincente acento dramático en las postreras escenas del drama. El largo reparto, a cargo de excelentes actores, cubre su lugar de emoción y veracidad, como piezas de un deslumbrante mosaico perfecto.
El cronista siente legítima satisfacción al reseñar este espectáculo, y tomando la representación del público mexicano, envía un cálido saludo de felicitación a don Benito Coquet, a don Rafael Lebrija, a don Francisco Macin, a don Julio Prieto, a don [Ignacio] Retes.